Infojus: Cómo cambió el arte trans con las leyes de identidad de género

Infojus Noticias dialogó con cuatro artistas trans que supieron ganarse su lugar en el ámbito del cine y el teatro de los últimos años. Ellos compartieron sus opiniones sobre el arte, la polìtica, la concepción estética y los cambios culturales, sociales y jurídicos.

En los últimos años se han lanzado grandes obras teatrales, series de televisión y películas que abordan la temática del género y la diversidad sexual. Los avances en el reconocimiento de la igualdad de derechos, como las leyes de Matrimonio Igualitario N° 26.618 e Identidad de género N° 26.743, sin duda alguna han contribuido a un cambio en el paradigma social, ampliaron el debate y abrieron nuevos espacios para fomentar producciones artísticas con contenido diverso.

Seguramente quince años atrás era una total utopía pensar que una travesti pudiera dirigir una reconocida obra de teatro o ser protagonista de un éxito televisivo que se transmita por la TV Pública Nacional, como le ocurrió a la actriz Camila Sosa Villada en “La Viuda de Rafael”. Más aun, teniendo en cuenta que nuestro país ha atravesado periodos principalmente durante la dictadura cívico - militar, en la que todo material audiovisual o teatral que tuviera contenido lésbico, gay o trans era censurado. Uno de los casos más recordados es el de la película “Mi novia el travesti” protagonizada por Susana Giménez y Alberto Olmedo, la cual no pudo ser presentada con su nombre original por contener la palabra “travesti”.

Infojus Noticias dialogó con cuatro artistas trans que supieron ganarse su lugar en el ámbito del cine y el teatro de los últimos años.

Camila Sosa Villada es una reconocida actriz de televisión, teatro y cine. Dio vida a los roles protagónicos de “Nina” en la Viuda de Rafael (La miniserie trasmitida por la TV Pública) y “Ale” en la película MIA. En la actualidad, está presentando “El Bello Indiferente” dirigida por Javier Van de Counter en el Centro Cultural San Martín. Desde su experiencia personal nos cuenta su percepción de la realidad:

-“El cine y el teatro tratan la temática trans desde los grupos de personas trans, no es algo que este tratado más que por la comunidad. Eso es en parte culpa de la comunidad y en parte culpa de la sociedad tal y como está. Esto no tiene tanto que ver con la ley, sino más bien con una visibilización que nos dimos en un determinado momento que hizo que pudiéramos hablar desde nuestro propio lugar y contar nuestras cosas. Hay miles de obras de teatro con travas, igual que documentales, el cine gay por ejemplo, está produciendo un montón en la Argentina. Pero esto siempre lo gestionan las personas gays y trans. Todavía no hay una visión y una acción importante del resto de la sociedad”.

-“Que la mirada cambió es una realidad, porque de hecho se han logrado las leyes, pero esto no cambio porque la sociedad heterosexual se haya puesto más buena, sino porque nosotros/as nos hemos puesto más firmes. Con respecto al público del teatro, cuando nosotras estrenamos “Carnes tolendas”, la ley de matrimonio igualitario todavía no había salido y faltaban dos años más para la ley de identidad de género. Hasta ese momento el público era muy variado. Yo soy muy conocida dentro de la comunidad, pero a mí siempre me fue a ver mucha abuela, mucha tía. Tengo un público diverso y todos me miran con mucha ternura. Es un caso particular el mío, yo soy muy querida por la gente que me va a ver al teatro, no sé si puedo decir si algo cambio o no, porque es la misma gente la que me va a ver siempre”.

-“La cuestión de la ley hay que dejarla estacionar, cuando abolieron la esclavitud mira todo lo que tuvo que pasar en el camino para que los negros pudieran llegar a ser el primer presidente de Estados Unidos, la primera tapa de la revista Vogue con una modelo negra. Hay un camino muy largo, queda mucho, falta mucho y no me sorprende que en ese camino vayamos para adelante y volvamos para atrás varias veces, porque además esta especie de sensación de libertad que tenemos en la comunidad tiene que ver con una libertad que también nos da un gobierno abierto hacia la comunidad”.

Pablo Gasol es escritor y director teatral. Esta semana reestrena su obra “Rosa Chicle 2.0” dirigida y escrita por él.

-“La ley habilitó nuevos lugares y nuevas posibilidades para quienes hacemos producciones culturales. Veo mucho más apoyo por parte de organismos nacionales y no es un tema menor. Por ejemplo, nosotros ahora estamos tramitando el auspicio de la Secretaria de DDHH, algo que jamás hubiese ocurrido en otro momento”.

-“Si bien todavía faltan muchas cosas para lograr la igualdad real, estamos en un proceso de cambio. Hay gente como yo que vivió mucho tiempo considerándose no persona por la misma estigmatización de la sociedad, que la ley te reconozca como ciudadano y te habilite nuevas alternativas hacen que puedas pararte desde otro lugar y ver que realmente las oportunidades están cambiando, en mi caso, me paro desde el arte”.

-“Que existan obras como “Rosa Chicle”, “Vacías” y “La Viuda de Rafael” dan cuenta de la transformación y son muy importantes también, porque dan a conocer la realidad del colectivo trans en primera persona. Gracias a la visibilidad mucha gente entiende ahora que las identidades trans existimos más allá de la marginalidad en la que nos encasillaron, ahora saben que estamos acá y que somos como cualquier ser humano, no es que somos seres extraños que vivimos en un mundo lejano, podemos ser tu hermana, tu tío, tu vecina y hasta tu padre”.

Daniela Ruiz es actriz, directora y activista. También preside la primera cooperativa de teatro trans del país “Arte Trans” en la que apuestan al teatro como salida laboral y forma de visibilización:

-“Nuestra cooperativa surgió hace 5 años, antes de la aprobación de la ley de matrimonio igualitario y antes de la ley de identidad de género. En aquel entonces, nosotras las actrices trans íbamos a los castings y no quedábamos en ninguno, primero porque no teníamos el documento y segundo porque éramos estigmatizadas. La actriz trans en ese tiempo no era tomada enserio y tampoco había trabajo para nosotras”.

-“Cansadas de esta situación decidimos alzar nuestras propias voces y organizarnos para salir a trabajar en teatro. Al principio gestionamos todo a pulmón, eran tiempos difíciles. Contra viento y marea y a pesar de las adversidades, dimos vida a nuestra obra, dirigida y escrita por nosotras “Hotel Gondolines”. Fue un éxito total y el jueves pasado la reconocieron como de Interés Cultural por la Legislatura Porteña. Ahora estamos presentando la “Casa de Bernarda Alba” de García Lorca. Esta obra la empezamos a representar al mismo tiempo que salió la ley de identidad de género, en ese entonces también pudimos lograr nuestra personería jurídica por la que tanto habíamos luchado”.

-“Desde el nacimiento de “Arte trans” hicimos hasta lo imposible para tener todos los papeles en regla como cooperativa teatral. Ahora todos los trámites en los ministerios los hago sabiendo que tengo la ley de identidad como escudo, me la sé cómo el padre nuestro. En el Ministerio de Trabajo desarrollamos un proyecto para conseguir los materiales que necesitábamos, nos dieron las luces, el sonido y también las telas para armar la escenografía. El INADI también nos ayudó mucho con el auspicio para las presentaciones en el Hotel Bauen. Gracias a eso, pudimos comprar nuestro vestuario, muchas veces las chicas traían sus ropas de la zona y nos armábamos con eso la ropa, ahora el INADI puso el auspicio para que compremos los zapatos y la vestimenta que nos hacía falta”.

Por último, Vida Morant es actriz, docente y Secretaria Académica del Bachillerato Popular Mocha Cellis. También es autora de la obra “Vacias”. Define al teatro y al cine como sus grandes amores:

-“Creo que en el último tiempo se han empezado a evidenciar cambios importantes en el tratamiento de las temáticas de diversidad de género tanto en el cine, como en el teatro y en los medios de comunicación en general. Esto se debe en gran parte al aporte de la ley, ya que a partir de esta ampliación de derechos pudimos incorporar nuestros relatos en primera persona. Ya no es otro u otra quien narra nuestras vidas desde sus miradas sesgadas, sino que somos nosotras y nosotros quienes podemos exponer nuestras propias marcas, nuestros propios deseos, nuestras propias alegrías e historias de vida.

-“Estábamos acostumbrados y acostumbradas a ver el estigma de una identidad trans bajo un cono de ridiculización, un cono de estereotipo donde se llevaba un humor burdo al extremo o se criminalizaba. La mirada estaba llena de un montón de capas que ponía otro y esas capas son la interpretación impuesta por el paradigma cultural vigente de décadas y décadas.

-“Los espectadores siempre son los mismos, las generaciones son las que cambian. Yo percibo al público siempre como un gran inocente, el público tiene ganas de ser conmovido, desea ser conmovido. Presta su inocencia para creer en ese personaje, para dejarse llevar y hacer espejos con esos sentimientos. La diferencia hoy reside en que ahora las personas trans en el arte pueden mostrarse genuinamente, sin esas capas, sin esos lentes que mostraban otra cosa. Claramente la mirada de los espectadores ha cambiado, porque han cambiado las voces que cuentan la historia”.

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